«Juana en la frontera» y «El regreso del Fénix»

El jueves 15 de agosto, a las 20 en la Sala Ricardo Garijo (planta baja de la Cámara Empresaria de Tandil), se presentarán los siguientes libros:

«Juana en la frontera» de Diego Slagter

«El regreso del Fénix» de Juan Carlos Maggiori

Juana en la frontera

Juana todo el tiempo. Una y otra vez. Juntando estrellas para salpicarlas en el techo de una habitación. Acomodando con sus manos la puesta del sol, atravesando los sentidos y las miserias que nos rodean. Un recorrido por las calles y los parques, los ríos y sus puentes, las palabras concretas y los silencios. Juana nos va llevando a los límites que se hacen sólidos para que las incertidumbres provoquen una vibración, un suave movimiento delator.
Rodeada de personajes que corren aterrados por miedos que han ido creciendo, que se materializan
dentro y fuera de baúles antiguos con consejos desoladores y por una persona, desordenada y perceptiva, que pregunta y acompaña.
Juana todo el tiempo. Recorriendo una frontera impuesta que puede ser el tiempo, pueden ser los
dolores, pueden ser los sueños. Juana una y otra vez. Llevándose las luces del día para volar,
envuelta en colores, por los mundos que habitamos.

El regreso del Fénix

«Si hay un mito que ha nutrido prácticamente todas las doctrinas, culturas y raíces legendarias de nuestros países es sin duda ese que hace referencia al Ave Fénix. Se decía de él que sus lágrimas eran curativas, que tenía una gran resistencia física, control sobre el fuego y una sabiduría infinita.

Esa emblemática criatura de fuego capaz de elevarse majestuosamente desde las cenizas de su propia destrucción, simboliza también el poder de la resiliencia, esa capacidad inigualable de renovarnos en seres mucho más fuertes, valientes y luminosos.

Esta capacidad admirable por renovarnos, por recobrar el aliento y las fortalezas a partir de nuestras miserias y cristales rotos pasa primero por una fase realmente oscura que muchos habrán vivido sin duda en piel propia. Se trata de experiencias traumáticas, que si bien son negativas, también son necesarias, donde dejamos ir una parte de nosotros para lograr el renacer. Solo así estamos en condiciones de alzarnos, de cobrar vida a partir de nuestras cenizas en un triunfo sin igual.

Cada tanto, el ser humano debe desplegar sus alas para sobrevolar su universo interior en busca de las ramas de su autoestima, la flor de su motivación, la resina de su dignidad, la tierra de sus ilusiones y el agua tibia de su amor propio para reinventarse y encontrarse con sus sueños.»

Susana Zeballos