“A propósito de la ciencia, no sé si ustedes han notado lo que está pasando con la ciencia en los últimos años: el nivel de fascinación que ha alcanzado es similar al de un niño viendo a un mago. Y mayor aun es el grado de asombro, que se vuelve exponencial cuando los científicos logran increíbles descubrimientos sobre esa esponja que tenemos allá arriba a la que llamamos “cerebro”. Es por esa razón que cada vez somos más los que continuamente vemos y leemos -o nos cuentan- hallazgos científicos y, como niños frente a un ilusionista, nos quedamos sorprendidos cuando al final del truco nos demuestran en nuestras propias narices algo imposible.

Si de ciencia y sorpresas hablamos, también le advierto que el libro al que usted se enfrenta relata un montón de estas experiencias e investigaciones y que al final probablemente usted termine diciendo: ¡¡No puede ser que sea posible!!

Pero, querido lector, lo es. Y lo que puede ser mucho más atractivo aún es que ese asombro le generará nuevas e interesantes preguntas, tales como: ¿nuestro propio cerebro nos puede engañar tanto? ¿Es posible que nos puedan sembrar un recuerdo falso, es decir, de algo que nunca ocurrió? Preguntas que a priori me resultaron obviamente negativas, pero que luego de conocerlas, vivirlas y comprobarlas me llevaron a tener una nueva perspectiva sobre mi vida y mi comportamiento”.