“Acambuco” de Goyo Schang


El escritor y poeta Carlos Arturo Schang, más conocido por el seudónimo “Goyo”, nació en Napaleofú, partido de Tandil.
Durante su carrera ha publicado tres libros (“Almacatamarcana”, “Profundo” y “Acambuco”), participó de varias antologías (la más importante de ellas, “Buena letra 1”, la cual fue editada en Roma por la editorial Giorni en castellano e italiano) y es autor de la letra “Peregrinos de las letras” la cual fue musicalizada por Ángel Carrizo. Además, sus cuentos y poemas son difundidos por las redes sociales.
Ha realizado recitales poéticos tanto en la Argentina (en Buenos Aires, Catamarca, Neuquén, entre otras) como en el exterior (en Colombia, Chile, Italia y España).

Gregorio de la Serna escribe en la contratapa del libro: “Acambuco, la tercera obra literaria de Carlos Arturo Schang (Goyo), se presenta en un profundo silencio. Dada la composición de sus textos hace que nada tome dimensión, hasta el momento de su lectura.
Es una obra sin egos, tan solo plasma a través de su tinta, paisajes, vivencias, reclamos y verdades escondidas.
Todo se une en un solo decir, ¡acá estamos!, intentando poner en escena un pensamiento nacido desde el alma, y escrito desde sus entrañas.
Desde, Yo el reservado, Mate matrero, Tren fantasma, Ser o morir en el intento y otros, se acerca a una realidad que se sincera, al punto de caer en el exceso de la verdad.
Y el escritor sigue recorriendo su camino, en la búsqueda de amigos y aciertos. Nada detiene la mirada sin tiempo de sus letras. En Bajos instintos, El profeta, Helicóptero rojo, Monje de tránsito, y otros, busca saber de sí mismo, sin tapujos, desnudando lo oculto.
Y nada es imposible cuando de la mujer se trata. Ahí su pluma se hace más veloz, seductora y amable. En Querida Luisa, Madre, Mariska, Piernas largas, Ataque de furia, y otros, plasma el más puro de los sentimientos, el amor. Las letras fluyen en el río del sexo opuesto. Nada está prohibido cuando escribe sobre la mujer. Siempre dentro del respeto, que es condición suprema.
Acambuco, un libro intenso, ágil, entretenido, y por demás, sincero. “