El domingo 12 de agosto, Eduardo Londner junto con Afra (ilustradora) presentarán el libro «Debajo del agua».
Eduardo Londner
Se dedica exclusivamente a emprendimientos que promuevan el bienestar, salud y calidad de vida de la mano de la naturaleza. Es embajador de paz de la fundación Mil Milenios por la Paz, y sus búsquedas vivenciales pasan desde el aprendizaje dedicado de artes internas como el Yoga y el Tai Chi Chuan, hasta el contacto íntimo con el agua a través del Kayakismo y el Buceo. En su jugar permanente con la palabra conduce el programa de Radio La Hora Positiva y tiene una columna mensual en las revistas Uno Mismo y Yoga +. Debajo del Agua es su primera obra de ficción publicada.
Afra
Sole Afra Martínez nació en Tandil en 1975. La vida le acercó los lápices desde chica y con el paso del tiempo, además de enseñar arte se convirtió en ilustradora. Los últimos libros que ha ilustrado son “El Misterio de la Teta”, una historia que integra la lactancia materna en la literatura infantil, el cual fue publicado en Argentina, Reino Unido, y premiado en Barcelona, y “Ramona, una vizcacha soñadora”, parte de una colección de cuentos que promueven los principios de la Educación por la Paz. “Debajo del Agua” ha sido un proyecto integral en el que Afra se ha sumergido con gran deleite y compromiso.
Debajo del agua
«Tu libro es un descanso. Descanso de tanta violencia, exigencia, confusión…Imaginarse en un mundo y en una situación donde lo único importante es estar vivo…Preguntarse “A dónde queres llegar?”Decirse que lo importante es: Buscar hacia adentro. No molestar a los demás. Olvidarme de mí y poner el interés en el todos. Plantearse si me quedo ahí donde creo que está todo o sigo andando. Afirmar que “toda intención interfiere con la fluidez” y que “entendemos cuando dejamos de esforzarnos”. Comprender que no estoy a salvo cuando me encierro en mí. Dejar de hablar por hablar. El silencio sabio de la milenaria tortuga. “El silencio puede ser tan importante como conversar” y sólo “Respirar juntos”. Los tiburones -seres tan poderosos- unidos, fuertes simples. Compartir sin invadirse.
Hacer cosas porque si. Entender que después de tanto viaje no se es el mismo. Ya no desesperamos por volver a casa. Donde estemos es nuestra casa. Para seguir viviendo dejar morir algo de nosotros. Las manos de la abuela. Nuestra casa después de todo. Y después de ese viaje, la vida… verdadera, simple, humilde. Tanta sabiduría imaginada en el fondo del mar es un descanso para el cuerpo y el alma. »
M.B., psicóloga (Buenos Aires, Argentina)