Rojava y Nomeolvides Armenuhi
Magda Tagtachian
Domingo 21 de agosto, 17 hs. Sala Miguel Rouaux (Sala A)
Rojava
Nané Parsehyan necesita encontrar a su verdadero padre. Para eso emprenderá una travesía hasta llegar a Rojava, donde no existe la paz: es una zona que el pueblo kurdo se disputa a sangre y fuego con el Estado Islámico, el Estado turco y el régimen sirio. En el viaje la acompañará su prima Alma Parsehyan, una periodista americana que está por publicar una novela. Además, se sumarán Hrant Torosyan y Vartan Sirekanyan, un combatiente y un violinista, ambos armenios, que darían sus vidas por ellas. En el corazón de Medio Oriente se encontrarán con las Unidades Femeninas de Protección, un ejército de mujeres que defienden con valentía y coraje una tierra que lo pide todo.
Magda Tagtachian pone la exquisitez de su pluma y su sagacidad periodística para que la búsqueda de la identidad, el amor y un conflicto territorial conformen una historia actual, en una zona arrasada por la guerra. Y allí, donde pareciera imposible que irrumpa el romance y la pasión, y que una hija pueda reconstruir la relación con su padre, el camino les deparará muchas sorpresas y enseñanzas. Y quizá sea esa la gran lección de Rojava: jamás abandonar la lucha, nunca darse por vencido.
Nomeolvides armenuhi
Cuando se desencadenó la feroz persecución contra el pueblo armenio, en 1915, Armenuhi tenía un año y medio y vivía con su familia en el pueblo de Aintab, por entonces parte del Imperio Otomano. Como muchos de sus compatriotas, viajó oculta en alforjas cuando, en su huida, los padres cruzaron a pie el desierto Der Zor, sin alimentos ni agua. Tres años después regresaron, pero el sueño duró poco. Esta vez, para salvarse debieron arrojarse de un tren en movimiento que los llevaba a un destino siniestro donde los armenios morían extenuados, calcinados por el sol, o vejados a manos de los soldados otomanos.
Apenas adolescente, Armenuhi (que significa «mujer armenia») fue enviada a Buenos Aires para casarse con Yervant, un hombre que doblaba su edad y a quien jamás había visto. Con él convivió cincuenta años, y juntos fundaron una familia que se hizo enorme y permanece hasta hoy entrelazada. Incansable, Armenuhi transitó durante años los pasillos de consulados, embajadas y la Cruz Roja para traer a sus padres y sus hermanos desde Oriente medio y ayudar a su hermana a salir de la Armenia soviética.
Hurgando en recuerdos propios y familiares, Magda Tagtachian reconstruye en Nomeolvides Armenuhi la vida de una mujer que sobrevivió al genocidio de su pueblo y que, con amor y determinación, dedicó su vida a proteger y guiar a cada uno de los suyos.